Por Lula Coccia
El Reino de Suecia es el país con mayor número de mujeres en los congresos en Europa con el 44 por ciento. El año pasado en las elecciones de 8 postulantes al puesto de Primer Ministro 3 eran mujeres, lo que habla de una visión más igualitaria de la política. Sin embargo, desde su conformación como Monarquía Parlamentaria en 1905 hasta ahora ninguna mujer ocupó el cargo de Primera Ministra.
Cuando se trata de salud reproductiva el país escandinavo destaca entre los demás países de Europa. El aborto es tomado como una medida de seguridad social, se realiza sin costo para la solicitante, y está legalizado desde 1975. La primera ley sobre el tema es de 1938 y fue sucesivamente modificada. El aborto en esas instancias estaba justificado por causas médicas, socioeconómicas, humanitarias, o de malformación del feto.
Hoy, la persona que no desee continuar con el embarazo podrá decidir hasta la semana 18 de gestación para realizar una interrupción sin ningún tipo de barrera, más que hacer una consulta con un médico. Después de ese plazo sólo se le prohibirá si la intervención conlleva un riesgo para su vida o su salud.
El caso del aborto no es una decisión gubernamental aislada. En conjunto se le redujo el precio a los anticonceptivos y se impulsó en las y los jóvenes el cuidado a través de la educación sexual.
Además la planificación familiar es equitativa y cada unx de la pareja tiene la misma cantidad de días de licencia post nacimiento: son 480 días compartidos, 90 de ellos exclusivamente para la persona que gestó. Esta medida contempla también que casi el ochenta porciento de las suecas están empleadas y el sueldo entre una mujer y un hombre que realiza la misma actividad varía un 13,2%. Si bien es un gran porcentaje, a nivel Europeo, ese número está por debajo de gran parte de los países.
Suecia presenta un desarrollo integral que tienen las mujeres del país en la gran mayoría de los ámbitos. En el mundo del deporte y específicamente del fútbol, las suecas le han dado un impulso realmente importante a lo largo del tiempo. En 1995 organizaron el segundo Mundial de FIFA, y hoy poseen una liga local profesional conformada por 12 equipos con planteles plurinacionales.
La Selección mayor desde que salió campeona en la EuroCopa en 1984 hasta ahora se mantuvo entre las mejores del mundo. Algunas de sus actuaciones destacadas fueron el Subcampeonato del Mundo en Estados Unidos 2003, los dos terceros puestos en los mundiales en China 1991 y Alemania 2011 y también la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Si bien los resultados deberían ser suficientes para recibir reconocimiento, además del apoyo económico, que supera ampliamente al alcanzado por el conjunto masculino, las suecas no se quedan calladas cuando tienen que evidenciar la desigualdad.
En vísperas del 8 de marzo del 2017, en conjunto con Adidas lanzaron una línea de indumentaria que reivindica el rol de la mujer durante la Copa Algarve, torneo amistoso, disputado en Portugal. La FIFA a pesar de no permitir mensajes políticos en las camisetas aceptó la propuesta y la alentó.
El proyecto consistió en intercambiar el apellido de la espalda de las jugadoras por frases de feministas, en su mayoría nacionales como Gudrun Schyman, política y vocera de la Iniciativa Feminista, y Zara Larsson, cantante conocida mundialmente, entre otras. Algunos de los mensajes utilizados para la campaña fueron: “Una mujer puede hacer lo que decida”; “Nunca mires a una persona que está abajo si no es para ayudarla a subir”; “No soy una mandona, soy la jefa”.
El proyecto apuntaba a la visibilización de una problemática que afronta la mayoría de las deportistas de alto rendimiento y proponía la unión de las mujeres como medio para lograr un futuro más igualitario. Además, parte de las ganancias fueron donadas a proyectos que fomentan la participación femenina en los deportes.
Suecia se convirtió en una de las caras visibles de lo que se está gestando dentro de los ámbitos históricamente masculinizados. Las mujeres están exigiendo un cambio y trabajan en conjunto para que este ocurra mundialmente. Las suecas saben bien que caminando hacia adelante pronto llegarán al arco para meterle nuevamente un gol al patriarcado.