jueves, noviembre 21, 2024

Una bandera, la televisión y el silencio ruidoso

Joaquín Arias

Domingo 26 de agosto, 17:45. Estadio Gigante de Arroyito, zona norte de Rosario. Central estrena como local su condición de líder de la Superliga Argentina de fútbol y la ilusión que despierta la punta del campeonato es tan grande como el compromiso de visibilizar la delicada coyuntura atravesada por la educación publica nacional.

En una de las tribunas populares, la que cada dos semanas ocupan Los Guerreros, barra brava del conjunto rosarino, se exhibe desplegada una bandera a través de la cual se exige “Con la educación no se jode”, en mayúscula, letras azules y fondo amarillo. Una muestra de apoyo que no abunda en las canchas argentinas pero que, cuando ocurre, suele ser ignorada por la televisación. En este caso, fue difundida a través de las redes sociales y gozó de un gran rebote, producto de publicaciones de periodista tales como Juan Jurado, de Fox Sports, y Federico Lamas, de Diario Popular.

Es probable que esta clase de pancartas, en caso de ser mostrada, pueda generar un efecto contagio y, en consecuencia, ser replicada en otros estadios del país. Quienes tienen la responsabilidad de elegir mediante un click si hacen visible o no estos gestos de respaldo y deciden omitirlos, acostumbran a escudarse en su presunto apartamiento de cualquier acto que pueda ser considerado político.

Esa justificación es, en sí misma, un acto político. El silencio es un acto político. Y hace ruido. Y más aún si detrás de ese silencio ruidoso el futuro de un país entero parecería estar último en la tabla de posiciones.

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