Por Daniel Melluso y Fernando Bajo
El 1 de noviembre de 1948 ocurría lo inesperado para el Gobierno del presidente Juan Domingo Perón. Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), organización sindical fundada el 2 de noviembre de 1944 y que todavía no era reconocida jurídicamente como tal por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), se convertía en la primera en su rama en realizarle una huelga, en una época de desarrollo económico y social de las clases bajas y de pleno auge deportivo: tres meses antes se habían disputado los Juegos Olímpicos en Londres con una participación récord de atletas argentinos (213), que recién se igualó en Río de Janeiro 2016. En Gran Bretaña, Pascual Pérez y Rafael Iglesias se colgaron la medalla de oro en boxeo, mientras que Delfo Cabrera hizo lo propio en maratón.
Paralelamente, Perón le encomendaba al diputado Eduardo Colom presentar un proyecto para reformar la Constitución Nacional. El presidente quería incorporar los derechos de los trabajadores, de la ancianidad, de la familia, de la educación y cultura; y la enseñanza primaria, obligatoria y gratuita. Por otra parte, su deseo era garantizar la igualdad de hombres y mujeres en las relaciones familiares; la autonomía universitaria; la elección por voto directo para diputados, senadores y presidente; y la posibilidad de reelección inmediata del primer mandatario. En otras palabras, su objetivo era promover una Constitución impregnada con justicia social.
El 14 de agosto se aprobó el proyecto en la Cámara de Diputados y el 27 de ese mes hizo lo propio el Senado. El 3 de septiembre, el general Perón promulgó la Ley 13.233, en la cual quedó establecida la reforma.
Mientras gran parte del deporte nacional celebraba los logros obtenidos en Londres por sus atletas, los futbolistas de la Primera División luchaban por sus derechos: el reconocimiento de su gremio por parte de la AFA, la eliminación del sueldo máximo de 1500 pesos y tener la libertad de contratación sobre sus fichas, son ejemplos de algunos de ellos. Hasta la 25ta fecha, que se jugó el domingo 31 de octubre, Racing era el líder del campeonato con un punto más que Independiente. Sin embargo esa fue la última jornada que se disputó con jugadores profesionales, ya que en la mañana de ese día el gremio estableció que, a partir de las cero horas del lunes, comenzaría una huelga. Esto desencadenó que en las siguientes jornadas los jóvenes de las inferiores de los clubes jugaran en Primera y el éxodo de 57 futbolistas a la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), la cual era considerada una asociación pirata y funcionaba por fuera de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). Al respecto, Oscar Barnade, historiador, investigador y periodista, subrayó: “En Colombia se generó una escisión entre los grandes equipos como Millonarios y la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), que provocó la creación de la Dimayor el 26 de junio de 1948, a la cual los jugadores argentinos emigraron porque los contratos eran muy altos y no necesitaban pase internacional”.
El periodista e historiador de fútbol Esteban Bekerman se refirió a este hecho: “Los grandes futbolistas, quienes ganaban buen dinero y eran bien tratados por los dirigentes, se solidarizaron con los demás y encabezaron la huelga. Esto sucedió porque a los más jóvenes o con menos recursos técnicos se los degradaba y abusaba laboralmente con peores contratos e incluso no los hacían jugar”. Fernando Bello, ex arquero de Independiente, Oscar Basso, capitán de San Lorenzo, y Adolfo Pedernera, delantero de Huracán y ex integrante de La Máquina de River, fueron los impulsores de aquella protesta. Víctor Lupo, historiador tucumano y ex subsecretario de Deportes de la Nación entre 1989 y 1992, sostuvo: “El gran impulsor del sindicato de futbolistas fue Adolfo Pedernera, que lo hizo para defender el derecho de los jugadores. Estos venían reuniéndose desde que se fundó el gremio, pero esta huelga fue el detonante para la conformación de FAA que hoy conocemos”. Al respecto, Bekerman agregó: “Pedernera era un hombre querido y respetado por sus compañeros, fue el líder de la huelga e intermediario de los futbolistas con la Dimayor, ya que fue uno de los primeros en emigrar a esa liga; lo hizo a Millonarios”.
El 14 de noviembre, luego de la suspensión por el reclamo de los jugadores profesionales, se reanudó el torneo con futbolistas de inferiores, con una notable disminución de espectadores en todas las canchas y con la anulación de los descensos. Independiente empató con Lanús y alcanzó en la punta a Racing, que perdió en Rosario contra Central. En la 27ma jornada se jugó el clásico de Avellaneda, el cual ganó el Rojo por 1-0. En las últimas dos fechas, disputadas entre el 8 y 12 de diciembre, la Academia no presentó su equipo y el título fue para Independiente que le sacó cuatro puntos de ventaja a River, que finalizó segundo. Al mismo tiempo se produjeron las elecciones de Convencionales Constituyentes para reformar la Carta Magna Argentina. Se eligieron 158 de los cuales 110 eran peronistas y 48 radicales. El 30 de diciembre, en el Ministerio de Trabajo y Previsión que dirigía José María Freire, FAA quedó aprobado como gremio.
La solución del conflicto fue producto de la intervención de Eva Duarte de Perón, esposa del presidente, que llamó al presidente de la AFA (quien respondía al Gobierno) y le ordenó que oficializara a FAA como sindicato y les diera a los futbolistas un estatuto, todo esto en contra del deseo de los directivos de los clubes.
“El 29 de marzo de 1949, el gremio convocó a una asamblea extraordinaria para debatir 11 puntos que surgieron de un encuentro privado entre Oscar Basso —presidente de FAA— y Oscar Nicolini —mandamás de la AFA y ministro de Comunicaciones de la Nación—. En la asamblea, los afiliados votaron a favor de esos ítems, de los cuales algunos eran: la rescisión de los contratos por vía judicial y el cobro del 20 por ciento por parte del jugador en una transferencia, pero la que generó suspicacias fue la estipulación de un sueldo máximo”, explicó Carlos Pandolfi, ex presidente y actual tesorero de FAA. Era entendible, el gremio tenía como postura inflexible la de fijar un sueldo mínimo y que el mismo no tuviera tope. Pandolfi continuó: “Los asociados resolvieron que, al no suprimir el límite salarial, la huelga siguiera”. Anteriormente, la Convención Constituyente, que había comenzado a sesionar el 24 de enero, había sancionado el nuevo texto constitucional el 11 de marzo, para que el 16 fuera jurado por el general Perón.
La huelga se levantó el martes 5 de abril de 1949, tras la aprobación de los puntos ya tratados y con el compromiso por parte de los jugadores de comenzar el campeonato profesional de fútbol de ese año. “En el libro de actas de Comisión Directiva de FAA, con el número 96, se decretó que ese día culminaba la huelga. A los futbolistas se les pagaría los sueldos, aguinaldos y premios hasta el 15 de diciembre de 1948, pero con la condición de que renunciaran a los pagos de enero, febrero y marzo del 49”, indicó Pandolfi. Más allá de esto, todavía no se había quitado el tope salarial de 1500 pesos y eso produjo la emigración de los futbolistas al exterior, principalmente a Colombia. Alfredo Di Stéfano y Néstor Rossi, delantero y volante de River respectivamente, recalaron en Millonarios; mismo destino tuvieron el delantero Antonio Báez y el arquero Julio Cozzi, ambos de Platense; y el delantero de San Lorenzo René Pontoni se fue a Independiente Santa Fe, por mencionar algunos ejemplos.
Cuatro días después de que culminó el paro, se realizó en Mendoza el Primer Congreso Nacional de Filosofía financiado por el Gobierno de Perón, quien había intervenido las universidades a fines de abril de 1946. Esta reunión fue importante ya que reflejó las divisiones entre los estudiantes que estaban en contra del régimen universitario, a pesar de la gratuidad de la enseñanza, y quienes rechazaban el reclamo de aquellos y apoyaban al Gobierno bajo el lema de “alpargatas sí, libros no”.
“Lo que demostró la huelga fue la cerrazón de la dirigencia, porque estos no eran peronistas sino conservadores y, por lo tanto, no querían lidiar con sindicatos, con un convenio colectivo de trabajo y así negociar con los jugadores directamente para sacar ventaja de esto”, analizó Bekerman. El periodista añadió: “Por esta razón, los directivos barajaron la posibilidad de volver al amateurismo a finales de la década del ´40”.
Con el pesar de la dirigencia, como consecuencia del acuerdo entre FAA y la AFA, el 24 de abril comenzó el torneo de 1949 con el regreso de varios jugadores profesionales y Racing, que había sido el menos afectado por el exilio, se consagró campeón. Esteban Bekerman explicó: “Ramón Cereijo (ministro de Hacienda del Gobierno de Perón) era hincha de Racing y fue su máximo benefactor. A partir de préstamos y subsidios, le permitió al club no sufrir tanto la huelga y así poder comprar y mantener jugadores para lograr el tricampeonato”. El conjunto de Avellaneda fue campeón ese año y además en 1950 y en 1951. Antes de que se jugara la segunda fecha del campeonato quedó zanjada la diferencia acerca del tope salarial, lo que determinó el fin del conflicto.
De esta manera concluyó el arduo camino que transitaron los jugadores de la Primera División de Argentina para lograr el reconocimiento de su sindicato, Futbolistas Argentinos Agremiados, por parte de la AFA. Ellos, en una época de máximo desarrollo de los derechos sociales, sobre todo los de los trabajadores, en consonancia con la sanción de la Constitución Nacional de 1949, se organizaron y consiguieron ser escuchados en el conservador y cerrado mundo del fútbol.