Joaquín Grasso
La dolorosa eliminación de la Selección Argentina en los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 en manos de Francia generó una enorme desazón en un pueblo albiceleste que apunta todos los cañones a Jorge Sampaoli, acusándolo de ser el principal responsable de esta situación.
Está en evidencia que el entrenador, sea por falta de tiempo –dirigió tan solo 15 encuentros- o por incapacidad propia, jamás logró imponer su idea de juego que tanto resultado le dio en el combinado de Chile y en Sevilla de España.El “desorden ofensivo” que el casildense aspiraba que tuviera su equipo brilló por su ausencia. En su trayecto en la Copa del Mundo, la Selección pecó de previsible, se caracterizó por la tenencia intrascendente de la pelota en la mitad de cancha, sin profundidad, y dependió del diferente –Lionel Messi, quien no mostró su mejor versión en Rusia– para romper las líneas rivales y generar situaciones de gol.
“Es mi responsabilidad no poder encontrar el equipo para acompañar a Lionel”, aseguró Sampaoli tras la goleada sufrida ante Croacia. ¿Y por qué no apostó con la dupla Dybala-Higuaín que tantos goles marcó en el fútbol italiano? El hecho de que Giovani Lo Celso no haya sumado minutos en el certamen resulta impensado y contradictorio a los dichos del DT. El actual volante del Paris Saint Germain era uno de los fijos en el esquema que planteaba Sampaoli en los amistosos y el socio principal de Messi. “Lo Celso, desde mi idea, es un jugador que le va a dar el vuelo futbolístico al equipo. Es importantísimo”, había afirmado, luego del 4-0 contra Haití. Pese a esto, días antes de enfrentar a los Vikingos, lo desplazó al banco y, desde aquel momento, no tuvo chance de sacarse la pechera de suplente.
Pese a estar poco aceitada, la discutida línea de tres/cinco defensores que se había implementado frente a Venezuela por las Eliminatorias volvió a instalarse ante Islandia en el debut mundialista, relegando a la posición de laterales-volantes a futbolistas como Eduardo Salvio y Marcos Acuña, cuyas mejores versiones se vieron en el último tercio del campo de juego. A pesar del sistema empleado y de los nombres que lo conformaron, el elenco nacional exhibió una penosa labor en la última línea y expuso desacoples en el retroceso ante los ataques contrarios. Tal es esta situación que a Argentina le convirtieron nueve goles en cuatro partidos.
Otra de las fallas que desató la desaprobación popular fue la elección del arquero titular. Uno de los motivos por el cual el DT se inclinó por Wilfredo Caballero, suplente en Chelsea, en lugar de Franco Armani, de descollante temporada en River, fue por su correcto juego con los pies. Sin embargo, y por desgracia, Caballero debió ser reemplazado por Armani en pleno certamen por un imprudente error en la salida, justamente en un pase corto, que provocó el primero de los tres goles croatas.Claro está que gran cuota de responsabilidad tienen sus dirigidos.
Muy pocos son los que demostraron estar a la altura de un Campeonato Mundial. Sin embargo, la falencia del entrenador está en no haber podido encontrar los nombres correctos para su idea de juego. Probó una innumerable cantidad de jugadores y no repitió la misma alineación de un encuentro a otro desde que está al mando. No obstante, en sus últimos cotejos, y con la soga al cuello, apostó al 4-4-2 y terminó apoyándose en la ya conocida formación de los “históricos”.
Asimismo, la desacertada elección de plantear el choque crucial ante Francia con un falso 9 y no repetir el mismo esquema que utilizó en el triunfo ante Nigeria colmó la paciencia del hincha. Como era de suponer, Messi se tiró unos metros atrás para entrar en contacto con la pelota y, entonces, el equipo padeció la falta de un estandarte ofensivo e inclinó su juego hacia las bandas sin tener una referencia fija en el punto de penal para finalizar los ataques. Sampaoli volvió a fallar desde el vestuario y esta vez en un cruce de eliminación. Les Bleus no perdonaron y Argentina se volverá a casa.
Toda esta amalgama de desatinos por parte de los jugadores, dentro del campo de juego, y del propio entrenador, a la hora de la planificación, ocasionaron la dolorosa -aunque no inesperada- eliminación de la Selección Argentina de Rusia 2018. “No evalúo la posibilidad de dar un paso al costado”, ratificó el entrenador pero, ¿La AFA respaldará su postura?