jueves, noviembre 14, 2024

Argentina, noticias de ayer

Julián Rozencwaig

Prohibido olvidar las atrocidades que fueron comentadas en las redes sociales sobre Wilfredo Caballero, arquero de la Selección Argentina pero por sobre todas las cosas, un ser humano. Hay quienes desearon la muerte a su esposa y su hija.

Prohibido olvidar el hinchismo argentino plasmado con agresiones a simpatizantes croatas durante el partido de la segunda jornada que culminó en derrota, sustantivo inaceptable para la gran mayoría argentina (sería una generalización errónea poner a todos en la misma bolsa). Ante Rebic, delantero del conjunto europeo, admitió que “los argentinos no saben perder” como motivo de su arrepentimiento de pedir la camiseta de Lionel Messi para un amigo. Philipp Lahm, exfutbolista alemán, manifestó idénticamente la frase en la previa al encuentro de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 entre Alemania y Argentina, anunciando en conferencia de prensa que esperaba ver cómo reaccionaban sus rivales de turno cuando perdieran, mezclando provocación y realidad en la víspera al duelo mundialista.

Prohibido olvidar que un periodista, con un número de audiencia importante sin tener en cuenta la reproducción de sus dichos en las redes sociales (es decir, más audiencia aún), le rogó a un jugador que ganó 34 títulos colectivos y 9 individuales –dentro de esta última categoría fue calificado en 5 ocasiones como el mejor jugador del mundo- que piense en renunciar a la Selección Argentina. También está prohibido, pero prohibidísimo olvidar las sugerencias e incitaciones a “cagarse a trompadas” de un periodista hacia los jugadores y el entrenador, comunicando, además, que ante Nigeria “jueguen los que queden vivos”.

Prohibido olvidar los zócalos televisivos con frases de hinchas y panelistas en alusión a la derrota como fracaso, título aún posible a falta de la fase final de la Copa del Mundo y un futuro incierto para el combinado nacional. Prohibido olvidar porque, olvidando, difícil es aprender y en consecuencia, cambiar. Saber perder es más importante que saber jugar. De nada servirá continuar jugando y ganando si no se conoce cómo afrontar la derrota.

Foto: @Argentina

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