sábado, abril 27, 2024

La democracia y el mundo del fútbol, según Alexis Ferrero

Juan Pablo Santillán @JuanPablo_lz

Alexis Ferrero pasó por todas: vendía calzoncillos y remeras cuando jugaba en Atlanta para generarse unos pesos extra, disputó un partido con la Selección Argentina local que armó Diego Maradona en 2009 y descendió con River, entre otras tantas vivencias que lo curtieron a lo largo de su carrera. Hoy es uno de los jugadores más experimentados de la B Nacional -el 31 de marzo cumplió 40 años- y es titular indiscutido en Central Córdoba de Santiago del Estero.

“No tengo ninguna poción mágica ni ningún secreto. Creo que todo parte de la cabeza: si arriba estás bien, todo lo demás funciona como tiene que funcionar. La parte psíquica en esta etapa de la carrera de los jugadores es fundamental”, dice Ferrero, que además es director técnico recibido. “Mi etapa como jugador no está terminada. Hoy por hoy mi cabeza está en entrenar, descansar, comer bien y estar al pie del cañón el fin de semana”, agrega el zaguero luego de terminar un nuevo entrenamiento con el Ferroviario, en el Alfredo Terrera.

-¿Cómo se entrena para estar bien de la cabeza?

-Tengo la posibilidad de dedicarle tiempo al descanso, a una buena alimentación, que son cosas fundamentales, y obviamente a la calidad del entrenamiento. Si esas cosas no estuvieran bien, seguramente no seguiría jugando o, si jugara, mi nivel no estaría acorde a la necesidad de un equipo profesional de Primera B Nacional. Son cosas importantes a la hora de poner en la balanza.

-Como referente, ¿qué le decís a los más jóvenes del plantel?

-Todos tenemos participación, voz y voto en cuanto a las decisiones del grupo, y cada uno puede expresar su idea. Las reuniones no las hacemos tres o cuatro grandes, son de todos: desde el más chico hasta el más grande tiene la posibilidad de levantar la mano, hablar, exponer lo que quiere decir, y se hace lo que cree la mayoría. Es una democracia muy linda porque creo que es la mejor manera que hay de poder llevar el grupo adelante. Hablar, encontrarle la vuelta a alguna cosa que nos puede llevar a mejorar en ciertos aspectos en cuanto a una logística, algún entrenamiento o algún día “equis” que pasemos juntos, porque también nos encontramos fuera de lo que es nuestro trabajo. Pasa un poquito más allá de solamente lo deportivo.

-¿Es fácil formar una democracia dentro de un vestuario?

-No, no es fácil porque a lo mejor surgen peleas por los egos u otros motivos, que, gracias a Dios, acá no las tenemos. Es un grupo humano muy sano en el cual todos supieron entender cómo llevarlo adelante. No fue fácil, pero esto se trabajó, se fue hablando y buscando la forma, por eso estamos pasando por un buen momento de unidad en el grupo.

-¿De qué manera se trabaja eso, con algún psicólogo por ejemplo?

-No tenemos psicólogo. Trabajamos mucho lo que es dinámica de grupo. Tratamos de conocernos: casi nunca concentramos con el mismo compañero, nos juntamos afuera del entrenamiento, hacemos trabajos para conocernos, para saber cuál es el problema, cómo se siente mejor un compañero, cuántos hermanos tiene, si tiene problemas familiares. Hemos tratado de ir incorporando todos esos aspectos para que el grupo sea el que sostenga al jugador que necesite apoyo, palabras de aliento o algún consejo en un momento determinado.

-En su momento (2011) dijiste que sentías “una vergüenza por el descenso (con River) y que no se lo desearías ni a tu peor enemigo”. Matías Almeyda añadió, recientemente, que por la pérdida de la categoría murió gente y si no ascendían iban a morir aún más. ¿Cómo analizarías el mundo del fútbol y su alcance en la vida de las personas?

-Cuando uno va transcurriendo el camino del fútbol va aprendiendo y a lo mejor retrocede un poco en el tiempo y dice: “Me parece que lo que dije en su momento no fue tan así” o “Tendría que haber hecho tal cosa en tal situación”, porque te lo va dando la experiencia, el caminar por el mundo del fútbol. Sí, te queda una mancha por irte al descenso, es una vergüenza personal por no haber podido hacer algo más para evitar una situación. Yo no tengo vergüenza por haberme ido al descenso, sino que es por no haber hecho algo más desde mi lugar para evitar una situación que le causó mucho dolor a mucha gente. Puedo dormir tranquilo y decir que hice lo máximo para que eso no ocurriera. El destino quiso otra cosa.

-Siguiendo la línea del descenso de River y la pelota en nuestra sociedad, en el partido de ida de la promoción ante Belgrano, se metieron hinchas al campo de juego…

-Eso es lo que provoca. Era, a lo mejor, ver que desde afuera no se puede cambiar una situación. Provoca una reacción en alguien, ilógica, pero súper entendible por parte de la pasión y del enamoramiento que tienen por esos colores.

-Los hinchas de River estaban en la previa a la final de la Libertadores y agredieron al micro de Boca, ¿cómo se explica eso?

-Eso ya es inentendible. Hay muchas cosas que para nosotros es muy difícil explicarlas desde adentro y que la gente lo entienda del otro lado; o mismo que la gente nos quiera hacer entender cosas que pasan afuera que para nosotros a lo mejor es muy difícil de comprender.

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