miércoles, abril 24, 2024

Argentina, el club de los amigos

Nahuel Gala y Julián Rozencwaig

Una pequeña curiosidad, una experiencia personal, un rasgo físico, una caracterización de su personalidad. Desde su infancia, los jugadores ya marcaban su futuro y, en parte, es una causa más por la que en junio y julio estarán vistiendo la camiseta de la Selección Argentina. A Santa Fe (9) y Buenos Aires (7) se le atribuyen el 66,6% del plantel. El resto se reparte en Capital Federal, Córdoba (2 cada uno); Chubut, Corrientes, Entre Ríos y Neuquén (uno cada uno).

1- Nahuel Guzmán – Club Social Lux, Rosario, provincia de Santa Fe

Jugaba de defensor, de marcador central o de lateral derecho. Se fue a Newell’s a los trece años porque el entrenador no lo ponía de arquero, que era lo que más le gustaba hacer. En el 2011, el “Patón” se juntó a despedir el año con la gente del club y las familias de algunos de sus excompañeros –de las cuales 3 o 4 afirmó que sigue teniendo una gran relación–.

2- Gabriel Mercado – Juan José Moreno, provincia de Chubut

Es conocido por haberse destacado en River Plate como defensor por la derecha, pero también en su pase al Sevilla de España lo hace de zaguero central. Lo que se aleja de lo conocido es que, en su ciudad natal, Puerto Madryn, lo hacía de enganche y hasta de delantero centro. Su padre lo comparaba con Gabriel Batistuta.

 

3- Nicolás Tagliafico – Club Social y Deportivo de Villa Rafael Calzada, provincia de Buenos Aires

El pibito al que a los cuatro años le quedaba hasta las rodillas la camiseta de Banfield, tuvo su inicio en la escuela donde también pateó la primer pelota Héctor “El Negro” Enrique, campeón mundial con la Selección Argentina en México 1986. Con 25 años, será el segundo representante del club de barrio con la camiseta nacional.

4- Cristian Ansaldi – Newell´s Old Boys de Rosario, provincia de Santa Fe

Categoría 86, un año más grande que Lionel Messi, en las inferiores compartieron entrenamientos en los que el entrenador le pedía al lateral que no lo marque bruscamente. El tiempo los vuelve a juntar para la cita mundialista de 2018.

5- Lucas Biglia – Estudiantes de Mercedes, provincia de Buenos Aires

Su padre fue su entrenador en aquel club donde inició su camino futbolístico. “La verdad que mi viejo la pegó”, le dijo a El Gráfico en 2015, en referencia a la ubicación de mediocampista central en la que lo amoldó. Progresó su aprendizaje en Argentinos Juniors y en junio representará en la mitad de cancha al país.

6- Federico Fazio – Estudiantil Porteño de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires

Ese nene que hoy adorna una barba tupida en su rostro, tenía la profesión incorporada desde sus inicios. Buscaba al mejor del equipo contrario para seguirlo y marcarlo. Hoy, lo continúa haciendo en Roma y en la Selección, como afirmó en una entrevista en La Nación.

7- Éver Banega – Nuevo Horizonte, Rosario, provincia de Santa Fe

“Sólo nos faltaba comer barro mojado, me crié en un ambiente muy duro”, confesó Banega, quien se formó en Rosario, en el recordatorio de sus épocas en el club Nuevo Horizonte. Si bien es categoría 1988, su padre, que era el entrenador, lo subía a la ’87, en la que se enfrentó varias veces al Grandoli de Lionel Messi y manifestó que siempre el 10 les pintaba la cara.

8- Marcos Acuña – Olimpo de Zapala, provincia de Neuquén

Nacido en Zapala, Neuquén, dio sus primeros pasos en Olimpo de Zapala como lateral izquierdo. A partir de allí tuvo pruebas en Boca, River, San Lorenzo, Tigre, Quilmes y Argentinos Juniors, pero ya estaba cansado de que lo rechazaran. “Puede ser tu última oportunidad, andá”, le dijo su mamá antes de su intento final en Ferro, donde debutó en primera. Persevera y triunfarás.

9- Gonzalo Higuaín – Club Atlético Palermo, Capital Federal

Apenas nació en la localidad Brest, en Francia, la familia decidió continuar su vida en Argentina, donde respiró fútbol por primera vez en el barrio de Palermo. A los 19 años debutó profesionalmente en River. Pasó una década y con sus goles en Europa, nuevamente tendrá la camiseta número 9 del seleccionado nacional.

10- Lionel Messi – Abanderado Grandoli, Rosario, provincia de Santa Fe

Empezó a jugar a los 4 años en el baby fútbol del club debido a la insistencia de su abuela Celia, quien le dijo que al equipo le faltaba un integrante. Dejó boquiabiertos a todos y nunca más se despegó del balón. “Hacía jueguitos y dormía con la pelota en la punta del botín”, contó su padre Jorge en 2003. El resto es historia.

11- Ángel Di María – El Torito, Rosario, provincia de Santa Fe

Había un nene inquieto en el club que lo vio nacer. Rosario Central le ofreció 26 pelotas de fútbol a la institución, que aún continúa esperando recibirlas. A las prácticas juveniles del Canalla llegaba con las manos enchastradas por ayudar a su padre a repartir carbón y leña. Ese pibe, con la timidez que lo caracterizaba, nunca hubiese imaginado que en junio de 2018 estaría, como en 2010 y en 2014, en un Mundial de fútbol.

12- Franco Armani – Club Atlético Aprendices Casildenses de Rosario, provincia de Santa Fe

“Franco no tuvo más juguetes que botines”, contó su madre. De patear la primera pelota en el club rosarino a debutar en Ferro, cedido por Estudiantes de La Plata. Un partido en un año. Su imagen resplandeció en un préstamo a Deportivo Merlo con ascenso incluido, lo que derivó en su arribo a Atlético Nacional de Colombia. El debut en 2010 lo ubicó en una tanda de penales en las que no atajó ninguno. “Hacía turismo y me la pasaba llorando”. Hoy, arquero de Selección.

13- Maximiliano Meza – Cambá Porá de Caá Catí, provincia de Corrientes

“El hijo de Mezita”, lo llamaban en el pueblo correntino por ser hijo de Eduardo Meza, jugador reconocido en el club de sus comienzos. Antes de ser captado por Gimnasia de La Plata, su categoría no perdió ni un partido en seis años. Dejó de ser “el hijo de” para ser el segundo correntino en representar a la Selección, luego de Pedro Monzón (Italia 1990).

14- Javier Mascherano – Cerámica San Lorenzo, provincia de Santa Fe

Cerámica San Lorenzo lo vio nacer futbolísticamente cuando tenía apenas 4 años. “Tenía recorrido y despliegue”, dijo Jorge Solari, entrenador del club Renato Cesarini, cuando lo descubrió en Barrio Vila, su segundo club. Mascherano se caracterizó siempre por sus ganas, aunque nunca se creyó un “soldado Cabral” al ser oriundo de San Lorenzo.

15- Enzo Pérez – Deportivo Maipú, provincia de Mendoza

Portador del nombre de Enzo Francescoli, exjugador de River y campeón de la Libertadores en 1996, la denominación surgió producto del fanatismo de su padre que posteriormente heredó el mediocampista. “Sé qué es el hambre porque más de una vez me fui a dormir con la panza que me dolía, de lo vacía que estaba”, le dijo a El Gráfico en 2010.

16- Marcos Rojo- Las Malvinas de La Plata, provincia de Buenos Aires

A los 5 años empezaron sus primeros partidos en el club Las Malvinas –situado en su ciudad natal– y desde entonces nada le quitaría el sueño de ser futbolista. “A cualquier edad que le preguntaras, siempre te decía que iba a ser jugador de fútbol”, contó el padre de quien, al pasar a las inferiores de Estudiantes, viajaba 20km hasta los entrenamientos en bicicleta.

17- Nicolás Otamendi – Vélez Sarsfield de Liniers, Capital Federal

El colectivo 721; el 15, 60 o 21 y el 57 era la combinación que el actual defensor de Manchester City empleaba, desde el Talar de Pacheco, para entrenar, de lunes a viernes, en la Villa Olímpica de Ituzaingó. Todo esfuerzo da su fruto. Hoy, la camiseta número 17 del seleccionado argentino es suya.

18- Eduardo Salvio – Club Lanús, provincia de Buenos Aires

Nació en Avellaneda, pero se formó en Lanús desde chico. En el Granate consiguió el primer título en la historia del club consagrándose en el Apertura 2007. Formó parte de aquel plantel, aunque no fue hasta el siguiente torneo que deslumbró como nueva promesa con tan solo 18 años. Posteriormente fue vendido al Atlético de Madrid y encaminó un viaje europeo que hasta hoy persiste.

19- Sergio Agüero – Campos de Don Bosco, Quilmes, provincia de Buenos Aires

El nene de flequillo negro que de vez en cuando no mira a la cámara en la foto grupal de Loma Alegre, equipo de baby fútbol, es él. Sin embargo, comenzó a patear una pelota en campos reducidos de su localidad natal por dinero. En junio, Rusia lo espera para jugar con la Selección, una vez más.

20- Giovani Lo Celso – Salesiano San José, Rosario, provincia de Santa Fe

El baby fútbol del colegio primario al que asistía en Rosario vio los comienzos del mediocampista que los fines de semana defendía los colores de su institución escolar. Cuidaba mucho del balón y hasta la llevaba consigo a todas partes en su infancia y adolescencia, y esa fue una de las cualidades que lo llevaron al Club Atlético Jorge Griffa y, posteriormente, a Rosario Central.

21- Paulo Dybala – Sportivo de Laguna Larga, provincia de Córdoba

Se destacó de chico en el club que era la contra de Newell’s de Córdoba. Su padre, quien falleció cuando Paulo tenía 15 años, se aguantaba que su hijo jugara en la vereda de en frente. Tras esta pérdida, el zurdo le pidió a Instituto –al cual había llegado cinco años atrás– que lo dejara vestir la camiseta leprosa a préstamo por seis meses para homenajear a su ser querido.

22- Cristian Pavón – El Doce, Anisacate, provincia de Córdoba

Al morochito que jugaba descalzo en su barrio, el periodista Damián Piazzi le preguntó al término de un partido con la camiseta de Talleres: “¿Como qué jugador creés que jugaste hoy?”; “como Messi”, respondió. Doce años después, es su compañero.

23- Wilfredo Caballero – Club Social y Deportivo Santa Marta, provincia de Entre Ríos

De muy pequeño le gustaban el fútbol y el básquetbol. Practicaba ambos en el Club Social y Deportivo Santa Marta de Santa Elena, su ciudad natal. Al principio, en el deporte que hoy se destaca, el profesor lo ponía en la mitad de la cancha hasta que, a los 8 años, rotó con el arquero del equipo y nunca más se despegó del puesto.

DT- Jorge Sampaoli – Alumni de Casilda, provincia de Santa Fe

Se convirtió en empleado del Banco Provincia de Santa Fe y director técnico al mismo tiempo en 1994. Vivir del fútbol era su objetivo y tal era su pasión que en su segundo año al mando de Alumni dirigió la final de la liga casildense trepado a un árbol fuera del terreno de juego ya que lo habían expulsado en la semifinal del torneo.

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