sábado, noviembre 23, 2024

Marcos Rojo, el salvador argentino

Joaquín Grasso

Su imagen, su grito de gol, será la tapa de todos los diarios del mundo. El hincha del fútbol hablará de su primordial incidencia en el partido ante Nigeria por la última fecha del Grupo D. De su exquisito remate que desató la euforia albiceleste y que le devolvió la ilusión a un equipo –y a un país- que ya emprendía la pronta retirada del suelo ruso. No, no estamos hablando de Lionel Messi. El salvador argentino se llama Faustino Marcos Alberto Rojo.

La tarde en San Petersburgo se hacía cada vez más negra. Desde la sanción del polémico penal de Javier Mascherano a Leon Balogun y el posterior gol nigeriano, reflotar el encuentro entraba en la categoría de milagro. El equipo argentino intentaba inquietar el arco nigeriano con mucho corazón y pocas ideas, y el reloj apretaba cada vez más la soga al cuello. Faltaba poco, muy poco, para que el turco Kuneyt Cakir indicara el final y sepultara las esperanzas de los dirigidos por Jorge Sampaoli de lograr el heroico pase a octavos de final.

Minuto 86. Cristian Pavón, de espaldas y acechado por la férrea marca de Brian Idowu, inclinó su juego hacia la banda derecha. Allí recibió la pelota Gabriel Mercado. El lateral levantó la cabeza y divisó las presencias de Sergio Agüero y de Gonzalo Higuaín dentro del área. Milésimas de segundo más tarde ejecutó un centro raso con destino al punto de penal. Ni el Kun ni el Pipa tuvieron chances de llegar. Pero, a la carrera, surgió la enorme presencia del jugador con el dorsal N°16 que, con su pierna menos hábil, impactó de lleno la moderna Telstar 18 y la ubicó en el ángulo inferior izquierdo del arco de Francis Uzoho. Es gol. Es vida argentina. Lo hizo Marcos Rojo. El hombre al que todos sus compañeros quieren abrazar.

“Tuve miedo de no jugar el Mundial”, aseguró el zurdo hace poco más de un mes, a TyC Sports. El surgido de Estudiantes de La Plata estuvo cerca de una temporada inactivo a causa de la rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. Sin embargo, su presente tiene otro color. Se ganó la consideración del entrenador, dejó el lateral izquierdo para establecerse en la zaga central y este 26 de junio de 2018 la vida –y el fútbol- le dio una alegría.

En Brasil 2014 su nombre comenzó a resaltar no solo por sus destacadas actuaciones en el combinado de Alejandro Sabella, sino por su rabona en el choque ante Bosnia y su gol convertido con la rodilla ante Nigeria –los caminos se vuelven a cruzar-. Hoy, Marcos Rojo volvió a estar en la boca de todos y su agónico tanto mantiene con vida el anhelo de 44 millones de personas. Hoy, Marcos Rojo se vistió de héroe salvador y depositó a la Selección Argentina entre los 16 mejores de la competencia. “Les había dicho a los chicos que iba a meter un gol”, afirmó. Un soñador.

Foto: @Argentina

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