martes, marzo 19, 2024

Gimnasia LP – Boca (Apertura 2006)

El Apertura 2006 era la gran oportunidad que tenía Boca para conseguir el tricampeonato, algo que sería único en su exitosa historia. El partido de la fecha 6, en el que enfrentó a Gimnasia en el Estadio Ciudad de la Plata, tendría todos los ingredientes para hacerlo imborrable e irrepetible.

El calendario marcaba 10 de septiembre y el Xeneize buscaba los tres puntos para seguir arriba en la tabla, para alcanzar el récord argentino de 13 triunfos consecutivos y para despedir de la mejor manera a Alfio Basile, quien iba a dirigir su último partido antes de aterrizar en la Selección Argentina.

El equipo de Pedro Troglio aquella tarde intentó emparejar el trámite del partido a puras patadas e infracciones. El árbitro Daniel Giménez cargó de amarillas a los jugadores platenses y el primer tiempo terminó 1-0 a favor del Lobo con un gol de penal de Santiago Silva. Lo peor estaba por venir.

El entretiempo se hacía más interminable que de costumbre porque el árbitro había tenido una visita inesperada que lo había hecho tomar una decisión. “Invadieron mi camarín el presidente de Gimnasia (Juan José Muñoz) junto a un par de barras y me amenazaron. Era imposible seguirlo”, confirmó el Sargento Giménez en referencia a la charla poco amistosa que tuvo con el máximo dirigente platense.

El árbitro, al que le habían dicho “cuando salgas a la calle te vamos a matar…”, decidió suspender el partido y el Tribunal confirmaría en la semana que el encuentro se reanudaría el 8 de noviembre en un tiempo de 23 y otro de 22 minutos. Para ese entonces la realidad era distinta, el Xeneize de Ricardo La Volpe lideraba con 32 puntos y cerca, a un punto, estaban River y Estudiantes. El Lobo no pensaba darle una mano al León.

El plantel de Troglio había recibido una visita de la barra antes de la reanudación del partido y el mensaje había sido muy claro: había que perder sí o sí para no beneficiar al pincha. Los jugadores acataron la orden y Boca hizo su monólogo. Con dos goles de Palacio, uno de Palermo y otro de Marino, el puntero goleó 4-1 a Gimnasia y “todos contentos”.

Lo que parecía un rumor fue confirmado justamente por un ex River, Juan Carlos Olave, quien contó que efectivamente la apretada se había producido con datos precisos de hijos y esposas a los que se los iba a ir a buscar en caso de que ganaran el partido. Marcelo Goux, defensor del Lobo en aquel fatídico encuentro, se animó a confesarlo ante este equipo de investigación 13 años después. “Estaba en juego la vida de nuestras familias y a nosotros el resultado no nos cambiaba mucho. No había más que hablar”, confesó Goux, quien actualmente forma parte del cuerpo técnico de Diego Cocca en Rosario Central.

Este episodio que involucró violencia, apretadas y amenazas de dirigentes y barras bravas es, quizás, el encuentro más recordado de los denominados “partidos arreglados”. Probablemente, su fama se haya acrecentado con la tapa de Olé al día siguiente, una de las pocas con fondo negro que ha tenido el diario a lo largo de su historia. “Jugaron a muerte”, escribieron de título y cuánta razón tenían.

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