viernes, marzo 29, 2024

Agustín Pichot: crónica de un líder natural

Por Luca Solda

Agustín Pichot debutó en Los Pumas el 30 de abril de 1995, hace exactamente 25 años,  frente a Australia en la derrota por 53-7 frente a los Wallabies. A pesar de que aquel fue su primer test match, Pichot ya había jugado un partido con la camiseta argentina ocho días atrás contra ACT Canberra, ahora conocido como Brumbies, en lo que también fue cadía para Los Pumas por 33-16. Aquel fue uno de los encuentros correspondientes a la gira en la que el equipo nacional no solo enfrentó al seleccionado oceánico, sino también a combinados de las provincias de Brisbane, actuales Queensland Reds, y Orange, hoy New South Wales Warathas.

Al igual que su padre y todos sus hermanos, Pichot comenzó a jugar en el Club Atlético San Isidro. Desde chico disfrutó de la famosa “vida de club”: se levantaba el sábado bien temprano, jugaba durante dos o tres horas a la mañana, después hacía el tercer tiempo, y a la tarde iba a ver a la primera.

El ex capitán de Argentina sostiene que un momento bisagra en su vida fue después de un partido amistoso contra Belgrano Athletic en la categoría menores de 16, en el que se la pasó todo el partido quejándose al árbitro y su equipo terminó cayendo en los últimos diez minutos. Al martes siguiente su entrenador Marcelo Larrubia lo regañó frente a todo el equipo y le dijo que “así no iba a llegar a ningún lado”. “Ese día todo cambió, mi vida se abocó completamente al rugby” sostuvo Pichot hace un tiempo en una entrevista con el diario La Nación.

En 1993 luego de quedarse fuera de la nómina para el Mundial Juvenil, jugó con Los Pumitas el sudamericano de aquel año, el cual ganaron cómodamente. Al año siguiente lo subieron al plantel superior, debutó en primera y logró el ascenso con su club. Además, dio sus primeros pasos con el seleccionado, representando al equipo de seven,  en los torneos de Taipei, China y Punta del Este, Uruguay. En ambos fue elegido como el mejor jugador. En 1995 fue convocado para el Mundial de Sudáfrica, pero no sumó minutos.

A principios de 1997 firmó con Richmond Rugby Club de Inglaterra. Pero su prioridad siempre fueron Los Pumas: en el transcurso de aquel año Pichot sufrió un desgarro que lo alejó de las canchas durante dos meses. Su vuelta coincidía con la gira de Australia por territorio argentino, entonces Pichot le dijo al entrenador que después del partido del sábado se volvía a Argentina, a lo que su DT contestó que él no podía decir eso, que hiciera lo que quisiera, el sábado no iba a jugar. “Me tomé el próximo vuelo a Francia, jugué la Copa Latina con Argentina y después fuimos al país a jugar los tests contra los Wallabies y en el que jugamos en Ferro les pudimos ganar”. Agustín volvió a Richmond, donde a pesar que el entrenador lo relegó durante un par de meses, no bajó la intensidad de su entrenamiento. Después de recuperarse de otro desgarro en 1998, retomó la titularidad y empezó a sumar liderazgo en el equipo, hasta que a la siguiente temporada, asumió la capitanía, convirtiéndose en el primer extranjero en llevar ese título en el club inglés.

 1999 marcó uno de los momentos más recordados de la historia del seleccionado nacional: la primera clasificación a cuartos de final en la historia de los mundiales. A diferencia de la cita pasada, Pichot llegó con más experiencia en Los Pumas y fue el medio scrum titular durante toda la Copa del Mundo. Después de este torneo pasó a Bristol, que recién había ascendido a la primera división de Inglaterra, dónde se convirtió rápidamente en referente. Además de ser nombrado capitán, desde la institución le consultaron sobre si debían contratar a Eduardo Simone, centro de Argentina en el histórico mundial, a la que él dio el visto bueno. También solicitó a Felipe Contepomi, con quién hizo pareja de medios en el seleccionado y ahora en Bristol.

En 2001 participó en el Mundial de Seven que se disputó en Mar del Plata, que tuvo como estrella principal al gran Jonah Lomu de Nueva Zelanda. Dos años después volvió a participar de una Copa del Mundo, esta vez en Australia, donde jugó los cuatro partidos de la fase de grupos pero no consiguió clasificar. Cuando terminó la competición firmó con Stade Français, donde fue campeón en dos oprtunidades.

Pero uno de los momentos más importantes fue en 2006, cuando Marcelo Loffreda lo nombró capitán de Los Pumas luego del retiro de Lisandro Arbizu. Un año más tarde Pichot encaró su último mundial, el primero como capitán. La historia es la conocida: tercer puesto y primer bronce de la historia. Después de la victoria en el partido por el bronce Pichot dijo al borde de las lágrimas “No se lo olviden nunca más en la vida. Esto es un equipo en serio, los amo”. Tras aquel encuentro, Agustín le puso punto final a su carrera internacional con 73 test matches, y dos años después, se retiró del rugby.

Pero esto no significó el fin de una relación con el deporte: tuvo un rol fundamental en la inclusión de Los Pumas en el actual Rugby Championship y la de Jaguares en el Super Rugby. Además buscó siempre el crecimiento de las naciones de menor nivel y el desarrollo del deporte en Sudamérica, con la creación de distintos torneos para generarles oportunidades a los países de la región. En 2016 asumió como Vicepresidente de la World Rugby. Desde ese lugar buscó profundizar esas intenciones, como por ejemplo con la implementación de un torneo que unificara los equipos del hemisferio Norte y Sur en un mismo campeonato, con ascensos y descensos.

Las constantes negativas, principalmente desde Europa, le hicieron decidir a Pichot el ir por la presidencia de World Rugby, para poder llevar adelante un plan que englobe a todos y todas. Agustín demostró liderazgo en el CASI, en Richmond, Bristol, Stade Français, Pumas, Sudamerica Rugby, y aunque perdió la elección por 28 a 23 ante el inglés Bill Beaumont, ya es momento que su figura sea la más importante del mundo ovalado. Y pensar que todo esto arrancó hace exactamente 25 años, cuando un joven de pelo largo y medias bajas, debutaba en Canberra con un try en el seleccionado argentino.

 

 

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